LOS VERDADEROS RIESGOS DE LAS CRIPTOMONEDAS:

El principal, será el fallecimiento del CEO de la plataforma de intercambio de las criptomonedas, que dejará al exchange sin acceso a los fondos de los clientes.

Cuando los directivos son las únicas personas que manejan las claves privadas de las wallets donde se almacenan las criptomonedas, y también son los únicos responsables de las cuentas bancarias a través de la cual operan las plataformas de intercambio, ¡todo está perdido!…

Y esto en razón a que ninguna otra persona de la organización tiene las claves de las wallets donde se guardan los activos de los clientes.

Esto siempre sucederá, en caso de no encontrarse las claves privadas de las carteras, porque será muy posible que los saldos allí contenidos se pierdan para siempre ya que no hay otra forma de acceder a ellos. 
Actualmente se estima que el 25% de todos los bitcoins circulantes están perdidos, ya sea por olvido de contraseñas, hardware dañado o fallecimiento de sus propietarios.

Tras la muerte de los CEO se perderán miles de BTC, BCH, BSV, BTG, LTC, ETH y demás criptomonedas.

Ni más ni menos, la aterradora causa se origina porque los negocios de esas compañías estan bajo la dirección de una sola persona, y todo lo hace desde su computadora.

Solo restará intentar, por los afectados, localizar y asegurar las reservas de criptomonedas en wallets frías, y tratar de reembolsarse los saldos a que tengan derecho, al tiempo que buscarán nuevas fuentes de financiamiento… Pero lamentablemente, sus esfuerzos no tendrán éxito.

También habrá problemas con la cuenta bancaria donde estén almacenados los fondos, si estos son personalizados por el difunto CEO, y este utiliza su cuenta bancaria personal para manejar los fondos de la compañía ante la negativa de los bancos locales para ofrecer servicios al exchange. 
Y peor será, si también recurre a terceros para facilitar pagos, así como la recepción de los fondos de los clientes.

El panorama, se volverá más oscuro, cuando las cuentas para los pagos sean congeladas y suspendidas las operaciones de las mismas, por la entidad bancaria.
Más el golpe fatal ocurre, porque la información asociada con las carteras no llega a sus herederos tras el fallecimiento de los CEO. 
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